Huelva

A propósito del aljibe de la Plaza de San Pedro. Una visión desde la arqueología

Detalles del Aljibe durante las obras del año 2000

Detalles del Aljibe durante las obras del año 2000 / Aquilino Delgado Domínguez (Huelva)

Dada la expectación social que se ha generado a raíz de la difusión de las noticias sobre el origen histórico y la futura integración in situ de los restos de un aljibe aparecido en la Plaza de San Pedro, desde el equipo de Arqueovalia, responsables de los trabajos arqueológicos que se están llevando a cabo en paralelo a las obras de remodelación urbana, quisiéramos matizar y exponer a la ciudadanía algunas cuestiones que consideramos de interés. En primer lugar, en relación a la cronología de la estructura, nosotros nunca hemos definido este aljibe como una construcción romana, por la sencilla razón de que los arqueólogos de Huelva ya conocíamos de su existencia, localización y cronología preliminar desde el año 2000.

Ciertamente, el aljibe no ha sido descubierto ahora, simplemente ha vuelto a “asomar”, como esperábamos, en el desarrollo de las presentes obras. La cúpula de ladrillos que conforma la coronación de la estructura ya fue descubierta en el año citado por nuestro amigo y compañero, el Doctor en Arqueología Aquilino Delgado Domínguez, cuando ejecutaba un control arqueológico en la zona desarrollado al hilo de unas obras de renovación de infraestructuras urbanas que se acometieron entonces en este punto del entorno de la Plaza de San Pedro. Como dichas obras no afectaban en profundidad ni en dimensiones superficiales a la integridad del conjunto del aljibe, dicha estructura quedaría sin intervenir más, con protección y soterrada bajo el acerado de la plaza hasta la fecha. Conservada para la posteridad. ¿Os suena esta historia, la de no intervenir arqueológicamente más allá de las afecciones urbanísticas pues así lo dictamina una parte de nuestra legislación patrimonial y así se ha aplicado por imperativo legal desde nuestra administración competente en las últimas décadas? Tapar y proteger bajo criterios de conservación los bienes aparecidos en cada presente en espera de mejores tiempos de cara a una futura e hipotética completa investigación y puesta en valor de los mismos. Un clásico en el proceder habitual, por desgracia, en las intervenciones arqueológicas desarrolladas en paralelo a la ejecución de obras de todo tipo. Un clásico hasta la fecha, al menos para lasactuaciones de obra que se lleven a cabo en espacios públicos abiertos y que puedan ofreceropciones reales para verdaderas puestas en valor con garantías de nuestro patrimonio arqueológico, como es ahora el caso de la Plaza de San Pedro y su entorno, así como habrán de serlo también el cabezo de La Joya o la “Placita Arqueológica”, donde por cierto ninguna evidencia del pasado asoma mente, áreas urbanas de alto potencial para contextualizar y poner en valor nuestro pasado.

Aparición del Aljibe durante las obras del año 2000. Aparición del Aljibe durante las obras del año 2000.

Aparición del Aljibe durante las obras del año 2000. / Aquilino Delgado Domínguez (Huelva)

Volviendo al aljibe “redescubierto” ahora, como decíamos desde el año 2000 la estructura ya sería identificada desde la arqueología como el aljibe del pósito de la villa de Huelva y fechada en el siglo XVI. Por lo tanto, dados los antecedentes arqueológicos citados nuestro Equipo siempre ha tenido claro qué íbamos a tener entre manos, pues forma parte de nuestro método científico el analizar previamente las fuentes documentales y arqueológicas de cada entorno en el que hemos de llevar a cabo cualquier trabajo. Si bien todos los arqueólogos somos historiadores no todos los historiadores son arqueólogos y, en este sentido, hemos de apuntar que, al margen de lo que narran las fuentes documentales, arqueológicamente hay mucho que resolver con criterios objetivos y científicos sobre el susodicho aljibe y su materialidad conservada. Aparecida la cúpula en el 2000 nada más pudo intervenirse entonces. Sin embargo, ahora tenemos la oportunidad de llevar a cabo la intervención total de dicha estructura, analizar sus dimensiones, fábricas constructivas, morfología y, lo más importante para nosotros, su contexto arqueológico. Un contexto estratigráfico, material y secuencial tras cuyo análisis podremos analizar si realmente se construyó ex novo en el siglo XVI y en relación a qué otras evidencias que puedan confirmar dicha cronología; o si además dicha construcción se realizó amortizando o no las evidencias de la desde entonces inutilizada obra hidráulica preexistente en el lugar y relacionada con las fuentes y conducciones romanas que sabemos discurrían por esta zona. De estas disertaciones principales que lanzamos a la prensa como hipótesis de trabajo estos días ha venido sin duda la difusión y confusión en los medios de que el Aljibe aparecido en San Pedro es romano y relacionado con el acueducto principal que parte desde la Fuente Vieja. Nada más lejos de la realidad por nuestra parte.

Cisterna Romana de la Calle Jesús de la Pasión. Cisterna Romana de la Calle Jesús de la Pasión.

Cisterna Romana de la Calle Jesús de la Pasión. / Miguel Ángel López Domínguez (Huelva)

Por otro lado, como matiz para complementar la ilustración de los antecedentes arqueológicos relacionados con las obras del sistema hidráulico romano de esta área de la ciudad, especificamos que, sobre las teorías dadas desde el análisis exclusivo de las fuentes documentales sobre una posible ubicación del verdadero aljibe romano en el entorno de las calles San Andrés y Jesús de la Pasión, hemos de comentar que una cisterna romana no sólo sabemos que existe en el entorno, sino que incluso ya fue documentada por nosotros en 2006 en el solar nº 3 de la Calle Jesús de la Pasión, tal y como tenemos publicado en el AnuarioArqueológico de Andalucía de aquel año y que finalmente saldría a la luz en 2010. Publicación en donde puede analizarse el contexto histórico y arqueológico de dicha cisterna romana. El cierre oriental de esta estructura aparecería entonces justo en la medianera noroeste de esta parcela con el callejón de San Andrés, no pudiéndose integrar por motivos de seguridad durante las obras de construcción del nuevo edificio que hoy se levanta aquí. El conjunto edilicio completo de la cisterna romana se encuentra bajo el edificio actual de la parcela nº 1 de Jesús de la Pasión. Como decimos, el análisis de los antecedentes arqueológicos de un espacio también es fundamental a la hora de construir la Historia.

En definitiva, mucho tiene decirnos aún la arqueología en relación a la génesis, morfología y contexto general del aljibe de la Plaza de San Pedro. Tendemos la mano desde aquí a nuestros compañeros profesionales de las disciplinas hermanas para cualquier colaboración en beneficio de la investigación. Quisiéramos destacar, una vez más que, gracias al apoyo de las administraciones competentes, nuestro Ayuntamiento y nuestra Delegación de Cultura, que apuestan por la aplicación ahora de ciertas herramientas y procedimientos que también están presentes en nuestra legislación de Patrimonio, los trabajos arqueológicos abarcarán mucho más de los límites que marca el aprovechamiento urbanístico de las obras en curso. Por motivos exclusivos de investigación podremos alcanzar en determinadas áreas registrosarqueológicos aún inexplorados. Y, para el caso de los restos del aljibe, se concibe y proyecta de entrada su integración en la futura Plaza de San Pedro para el disfrute de la sociedad en su conjunto y la puesta en valor y difusión de nuestro Patrimonio.

¿Qué más podemos pedir? Pues pedimos pues a la ciudadanía calma y confianza hacia todos los profesionales del Patrimonio que velamos y trabajamos por y para el conocimiento de nuestro Pasado, pues contamos ahora además con el apoyo total de nuestras administraciones públicas y sus representantes. Entre todas las partes implicadas en este proceso procederemos a informar convenientemente de los avances y descubrimientos en el momento en el que objetivamente podamos confirmar o descartar las hipótesis de trabajo que barajamos sobre las características de las evidencias arqueológicas que podamos descubrir. La riqueza de nuestro pasado es y será la esencia de nuestra ciudad de Futuro. Ahora sólo esperamos que el registro arqueológico nos acompañe y sea generoso con todos nosotros en esta nueva era que se nos abre para el aumento del conocimiento histórico-arqueológico de nuestra milenaria ciudad. Éste es y habrá de ser el camino.

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