Pasar dos semanas este julio en un apartamento turístico de cualquiera de las localidades costeras de Huelva es un lujo al alcance de no muchas familias. El precio medio de un piso turístico para una familia -dos adultos y dos niños- en municipios de la Costa gestionado por un particular en la segunda quincena de julio asciende a 2.500 euros. Coste prohibitivo si se tiene en cuenta que el salario bruto medio en la provincia es de 1.234 euros, según el informe elaborado por el Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA). 

Aun así, se observan diferencias en función de las localidades, de acuerdo a las viviendas turísticas analizadas en las plataformas de búsqueda de residencias vacacionales Airbnb y Booking.com. Tanto es así que hay algunas opciones que se quedan en los 1.500 euros la quincena, mientras que en otros casos se superan ampliamente los 3.000. Tampoco faltan los chalets a pie de playa de 8.000 euros.

Punta Umbría es la localidad costera que mayor disparidad entre precios presenta para la segunda quincena de julio. El grueso de las viviendas vacaciones tienen un precio de entre 2.000 y 3.000 euros, aunque esta última cifra se ve incrementada en algunas muy próximas a la arena blanca y dorada de esta localidad. 

El piso más barato -a seis minutos andando de la playa- se queda en 2.055 euros la quincena y, a partir de ahí, todo sube. La mitad de las viviendas tienen un precio que oscila entre los 2.000 y los 3.000, siendo las mismas apartamentos en edificios. No obstante, también se pueden encontrar otras por 4.000 euros, como una a 550 metros de la playa u otra en la plaza Pérez Pastor. Si estos precios ya son prohibitivos para muchos, hay otras opciones que llegan casi a doblarlos, pues también están en alquiler dos chalets de seis y siete camas a casi 8.000 euros y otro piso céntrico por 5.495 euros.

A escasos 10 kilómetros aquellos que quieran veranear en la Costa onubense tienen la opción en El Portil, donde los precios son ligeramente más bajos, aunque cabe destacar que el tipo de residencia es diferente. Mientras en Punta Umbría la práctica mayoría son pisos en bloques de viviendas, en El Portil es más habitual un adosado con piscina comunitaria. 

La opción más barata, a diez minutos andando de la playa sale a 1.563 euros la quincena. Eso sí, poco más hay por debajo de los 2.000, a excepción de un apartamento cerca de la Laguna que roza esta cuantía. El grueso de los adosados, bien ubicados y algunos con piscina para la comunidad, tiene un precio que oscila entre los 2.000 y los 3.000 euros; mientras que los más caros no pasan de los 3.700 euros, precio por el que se pueden encontrar un dúplex con vistas al mar y otro adosado.

El Rompido, por su parte, tiene un precio medio ligeramente inferior al de Punta Umbría y El Portil, con la opción más barata a 1.563 euros la quincena, pero también dispone del grueso de viviendas vacacionales a entre 2.000 y 3.000 euros, aunque las más caras apenas sobrepasan los 3.000. No hay opciones que se disparen tanto de precio a excepción de algunas villas que superan los 5.000 euros la quincena.

Donde hay poca oferta para viviendas vacacionales, en comparación al resto de localidades costeras, es en Mazagón. Las escasas residencias que se ofertan tienen un precio medio de 2.500 euros la quincena.

Todo lo contrario que Islantilla o La Antilla, donde la oferta de viviendas vacaciones es muy elevada. El tipo de residencia se asemeja mucho a la que oferta El Portil, es decir, adosado con piscina comunitaria, aunque con precios algo más elevados, de entre 3.000 y 3.500 euros la quincena. Aun así, se pueden encontrar más viviendas a menos de 2.000 euros que en el resto de zonas de la Costa onubense.

Una de las opciones que más suele atraer a los que no son onubenses es Matalascañas, que cuenta con opciones más baratas que Punta Umbría, El Portil o Islantilla. Aunque la media se sitúa también en los 2.500 euros la quincena, hay varias por debajo de los 2.000; y, a diferencia de otros municipios, las viviendas vacaciones que cuestan unos 3.000 euros mensuales son chalets y no pisos en bloque de viviendas, por lo que son más espaciosos.